Supongo que promete ji ji.
Se me ha presionado para rectificar mi anterior -y primerísima- entrada en este blog.
Los damnificados [y yo no miro ni aludo a nadie, ejem, lejos de mi] se han sentido ligeramente atacados por las difam... por las licencias poéticas de que me he servido para embellecer la realidad.
No obstante, os alegrará saber que hemos llegado a un acuerdo satisfactorio para ambas partes y no voy a rectificar na de ná.
Que me da pereza.
Y es mucho trabajo, jope.
Que ya me paso los dias dibujando en casa como una esclava... y total, ¿para qué? Para que luego llegue otro a decir que si "Pues yo lo haría mejor", y que si "Aaay... ese brazo tiene una postura rara ¿no?...", "Pues a mi me gustaba más antes...", "¿Y por qué a mí no me dibujas nunca...?" Claaaaro porque total, a mi no me cuesta nada, como yo no trabajo, como yo no tengo vida propia, ni inquietudes, ni nadie que me abanique ¿NO??
Esperad, creo que me he liado...
Total, que hemos llegado a un acuerdo: yo dejo a la gente vivir tranquila, y a cambio, dibujo lo que me da la gana.
¡Pues vaya trato! Si eso ya lo hacía yo... jijiji pringaos
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"¿Una ZANAHORIA?? ¿Pero qué m**rd* de soborno es este??" |
A ver, en honor a la verdad debo decir que no todo-todo lo aducido en el anterior post es completa ni estrictamente fiel a la realidad.
Vale, puede que ni remotamente.
Y puede que haya usado personajes y situaciones ficticios
Bueno.
Excepto lo del ritual.
Eso es evidentemente verídico.
Así que desde Saco de Kikos deseamos a Maromo -que obviamente no existe y si existise sería infinitamente más apuesto-dulce-tableta en la vida real- que lo pase bien en Laponia -¡JA! si es que es su verdadero nombre- y que no se le congelen los dedos de los pies ni la nariz y los pierdA Y SE LOS COMA UN RENO...
Sin acritud.
¡Sean felices!
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