Aquí estoy yo porque he venido

Todo comenzó cuando Maromo me abandonó.

Era una mañana como cualquier otra, parecía que todo iba bien; Maromo me admiraba con los ojitos rebosantes de idolatría (que eso lo sé yo), ya habíamos acabado con los riatuales de sacrificio paganos y nos habíamos quedado charlando mientras limpiábamos la sangre, lo normal; yo le impresionaba con mi intachable retórica...
Ana: Hazme caso... blablablablabla... Que YO sé de lo que hablo... digodigodigo... Pues YO MÁS, porque A MI... blaublaublau....
Maromo: ¡POR EL AMOR DE DIOS!! ¡No te aguanto más, mujer! ¡No te soporto...!!! ¡ME VOY A LAPONIA!
...
...¡y se fue!

Claro, entenderéis que eso me dejó destrozada... ¿Qué había en Laponia que no hubiese aquí? Aparte de Papá Noel, enanos explotados y serviles, trineos repletos de huskys, saunas por doquier, auroras boreales, nieve que sí cuaja, iglús de cristal...
Quiero decir... ¿qué han hecho los Laponios por nosotros?
Aparte del alcantarillado, la sanidad, la enseñanza, el vino, el orden público, la irrigación, las carreteras, los baños públicos... 
¡Nada! ¡Absolutamente nada!

Pero, jo, cualquiera diría que tiene algún problema conmigo y se ha inventado cualquier excusa... podría haberme dado un por qué, haberme dicho algo, cómo voy yo a saber que...

¡FLASH! O-ooh - ...back
Maromo: [...] ¡No te aguanto más, mujer! ¡No te soporto...!!! [...]
¡FLASH! ...foward

Bueno vale, a lo mejor lanzó alguna que otra sutil indirecta... ¡pero no soy adivina, nadie podría haberse percatado!

Total, que yo apenas me había repuesto de tan honda pérdida, cuando me vine a enterar que el amigo, obviamente para regodearse en mi sufrimiento, había abierto un blog... Y no cualquiera, uno de esos de colgar fotos preciosas de lagos y bosques en plan "mira lo feliz que soy".
Es super injusto. ¡Yo ya tenía un blog mucho antes que él, y ni yo me regodeaba en mi propio sufrimiento*!
¡Pues ahora yo tambien, ea!

Hacer UN dibujo ya era lo suficientemente arduo. No empecemos estresados...

*N. de la A.: eso es una sucia mentira y lo sabes. Licencia poética, lo llaman.